El 25 de mayo de 2025, Surinam eligió a los 51 miembros de su Asamblea Nacional. El NDP ganó 18 escaños, seguido por el VHP con 17. Jennifer Geerlings-Simons será la primera presidenta mujer tras formar una coalición. La participación fue del 58%, en comicios no obligatorios.
El 25 de mayo de 2025, Surinam vivió una jornada electoral que marcó un hito en su historia política: las elecciones generales para renovar los 51 escaños de la Asamblea Nacional, el cuerpo legislativo que, a su vez, elige al presidente de la República, quien ejerce como jefe de Estado y de gobierno. Estas elecciones, celebradas en un contexto de expectativas por el auge petrolero y reformas electorales recientes, reflejaron la diversidad y complejidad del panorama político surinamés, con una participación del 58% de los aproximadamente 400.000 votantes registrados. El voto en Surinam no es obligatorio, lo que explica la moderada asistencia a las urnas, influenciada también por factores como el desencanto político y la cercanía del feriado del Día de la Independencia.
Las elecciones del 25 de mayo de 2025 determinaron la composición de la Asamblea Nacional, cuyos miembros son elegidos por un período de cinco años mediante un sistema de representación proporcional por listas. Por primera vez, tras un fallo de la Corte Constitucional en 2022 que declaró inconstitucional el sistema de circunscripciones por su desproporción, los 51 escaños se disputaron en una única circunscripción nacional. Esto permitió que los votantes eligieran entre listas de partidos a nivel nacional, eliminando la ventaja previa de los grandes partidos en distritos pequeños, como Coronie, donde bastaban 300 votos para un escaño, frente a los 7.000 requeridos en Paramaribo. Además, se celebraron elecciones municipales simultáneamente, aunque el enfoque nacional se centró en la contienda legislativa, que definiría al próximo presidente mediante una mayoría calificada de dos tercios en la Asamblea.
Ningún partido obtuvo una mayoría absoluta, lo que llevó a intensas negociaciones de coalición. El Partido Nacional Democrático (NDP), liderado por Jennifer Geerlings-Simons, se alzó con 18 escaños y 79.544 votos, según resultados preliminares. El Partido de la Reforma Progresista (VHP), del presidente saliente Chan Santokhi, obtuvo 17 escaños con 75.983 votos, quedando a un paso de igualar al NDP. Los 16 escaños restantes se distribuyeron entre partidos menores, como el Partido Nacional de Surinam (NPS), el Partido de Liberación General y Desarrollo (ABOP), Pertjajah Luhur (PL), Alternativa 2020 (A20) y Hermandad y Unidad en la Política (BEP). El NDP, aprovechando su ventaja, formó una coalición con estos cinco partidos menores el 27 de mayo, asegurando los 34 escaños necesarios para elegir a Geerlings-Simons como presidenta, marcando un hito como la primera mujer en ocupar el cargo. Santokhi, quien buscaba la reelección, recibió 39.917 votos individuales, el mayor número entre los candidatos, pero su partido no logró consolidar una coalición suficiente. Geerlings-Simons, con 34.750 votos, capitalizó su experiencia y habilidades negociadoras para liderar la formación del nuevo gobierno.
La campaña electoral estuvo marcada por un tono sobrio, con un enfoque limitado en el esperado auge petrolero del proyecto Gran Morgu, que comenzará la producción en 2028 bajo la dirección de TotalEnergies. A pesar de su potencial para transformar la economía de Surinam, comparable al crecimiento de Guyana (43,6% en 2024), el debate sobre los ingresos petroleros fue secundario. Los partidos se centraron en temas domésticos: el NDP prometió estabilidad y una distribución equitativa de los futuros ingresos petroleros, mientras que el VHP defendió su gestión económica bajo un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) iniciado en 2021, que estabilizó las finanzas pero no resolvió problemas como la inflación y el aumento del crimen. La campaña también reflejó las divisiones étnicas del país, con el VHP apoyado principalmente por la comunidad indo-surinamesa y el NDP atrayendo un respaldo multiétnico, consolidado desde su fundación en 1987 por el exlíder Dési Bouterse.
El NDP, bajo el liderazgo de Geerlings-Simons, destacó por su estrategia de negociación, atrayendo a partidos que habían abandonado la coalición de Santokhi por desacuerdos en políticas y acusaciones de corrupción. La campaña de Santokhi, un excomisario de policía de 66 años, se centró en su experiencia y la necesidad de continuidad ante un entorno global volátil, pero no logró contrarrestar el desencanto por el aumento del costo de vida y la percepción de corrupción en su administración. Las redes sociales, especialmente plataformas como X, jugaron un papel creciente, con el NDP utilizando mensajes emotivos para movilizar votantes jóvenes, mientras que el VHP apostó por una presencia más institucional. La ausencia de coaliciones preelectorales, prohibidas desde 2019, obligó a los partidos a competir individualmente, beneficiando a los pequeños partidos bajo el nuevo sistema proporcional.
Partidos, participación y candidatos
Catorce partidos participaron en las elecciones, pero la contienda se centró en dos fuerzas principales: el Partido Nacional Democrático (NDP) fundado por Dési Bouterse en 1987, conocido por su base multiétnica y que se posiciona en la izquierda, actualmente liderado por Jennifer Geerlings-Simons, quien emergió como una figura clave tras la muerte de Bouterse en 2024. Su campaña enfatizó la inclusión y el manejo responsable de los recursos petroleros; y el centroderechista Partido de la Reforma Progresista (VHP), un colectivo indo-surinamés fundado en 1947, liderado por Chan Santokhi, el presidente saliente. Su campaña destacó la estabilidad económica y las reformas del FMI, pero enfrentó críticas por el aumento del crimen y la inflación.
La participación fue del 58% de los casi 400.000 votantes registrados, las elecciones reflejaron un nivel moderado de engagement ciudadano. La observación de la Comunidad del Caribe (CARICOM) reportó un proceso pacífico, con estaciones de votación accesibles y cabinas adaptadas para personas con discapacidades. La jornada transcurrió sin incidentes graves, con estaciones de votación decoradas con banderas de los partidos y un ambiente de camaradería.
El cambio al sistema de circunscripción nacional niveló el terreno para los partidos pequeños, pero también intensificó la competencia, ya que los candidatos necesitaban al menos 21 años, ciudadanía surinamesa y dos años de residencia en el país, además de pertenecer a un partido, excluyendo a independientes. La elección presidencial posterior requería que los candidatos tuvieran al menos 30 años y seis años de residencia en Surinam. La falta de una mayoría absoluta en la Asamblea llevó a negociaciones rápidas, culminando en la coalición liderada por el NDP.
Un nuevo capítulo para Surinam
Las elecciones de 2025 no solo definieron el rumbo político de Surinam, sino que también consolidaron su transición hacia un sistema electoral más equitativo. La elección de Jennifer Geerlings-Simons como presidenta marca un momento histórico, en un país donde las mujeres han tenido un rol limitado en la política (15 de 51 escaños en 2020 eran ocupados por mujeres). Con el auge petrolero en el horizonte, el nuevo gobierno enfrentará el desafío de traducir los ingresos en desarrollo inclusivo, mientras aborda el crimen, la corrupción y las tensiones étnicas. Las lecciones de esta elección, desde la importancia de la negociación hasta el impacto de las redes sociales, serán cruciales para el futuro político de esta nación sudamericana. En cuanto a la nueva presidenta, Jennifer Geerlings-Simons, es la primera mujer en ocupar el cargo. Médica de profesión, nacida en 1953, ha sido una líder clave del Partido Nacional Democrático (NDP) desde los años 80, destacándose como presidenta de la Asamblea Nacional (2010-2020). Conocida por su habilidad negociadora, logró conformar una coalición con cinco partidos menores tras las elecciones del 25 de mayo de 2025, asegurando 34 escaños para su investidura.