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El Bronco y el cambio en las reglas del juego político en Nuevo León

Por José Mendoza de Anda

El 7 de junio de 2015, Nuevo León vivió un momento histórico. Por primera vez en la historia tendría un gobernador que no perteneciera a las filas del Revolucionario Institucional (PRI) o de Acción Nacional (PAN). Llegaron los independientes.

Jaime Rodríguez, El Bronco, se presentó como un “ciudadano” que quería competir por la gubernatura. El entonces exalcalde de García, Nuevo León, un municipio que se ubica a unos 30 minutos de la capital, Monterrey, había renunciado a ser priista, para ahora presentarse como independiente. La gente veía en él una posibilidad de cambio.

El anhelo de muchos neoleoneses se vio personificado, por primera vez se utilizaba la figura de una candidatura independiente, un mecanismo de valor para la democracia que fuera aceptado en 2014, por lo que, esta primera incursión de alguien que se presentaba “sin partido político”, llenó de ánimos a cientos de miles de neoleoneses que aceptarían y promocionarían su mensaje: “la raza paga, la raza manda”.

El proceso electoral en Nuevo León rompió todos los pronósticos que se tenían hasta ese momento. El ingeniero agrónomo no figuraba en las encuestas tradicionales. El PRI-PAN le llevaban una amplia ventaja. Jaime Rodríguez se haría con la gubernatura con la votación histórica de más de un millón de votos superando dos a uno a Felipe de Jesús Cantú (PAN) e Ivonne Álvarez (PRI), ni juntos llegaban a su votación.

El orgullo norteño

Para muchos neoleoneses el orgullo de ser del norte no solo es una expresión, es una creencia arraigada en un gran sector de la población. Muchos consideran que puede ser un mensaje supremacista, la realidad es que Nuevo León ha sido cuna del impulso económico nacional, por lo que es natural el sentimiento de luchar para superarse: este mensaje fue el que Jaime Rodríguez entendió y promovió. Luego lo haría el mismo Samuel García en 2021.

Pero la ciudadanía no solo veía en El Bronco la posibilidad de un cambio, sino de darles una lección a los partidos tradicionales, era el momento donde los ciudadanos podían alzar su voz en contra de la corrupción y la inseguridad que sacudieron a Nuevo León en la última década.

El resultado de la campaña que ejecutó Rodríguez tiene relevancia una vez que entendemos el coraje y el descontento contra el establishment.

El modelo de comunicación del exgobernador Jaime Rodríguez vale la pena ser reconocido. Su sistema de acción junto con los spots irreverentes y su vocabulario políticamente incorrecto lo fueron posicionando en el imaginario colectivo agregado a su eficaz penetración en redes sociales.

El mensaje de El Bronco era muy claro, “los rudos” se tenían que ir del gobierno, ya que habían gobernado por muchos años y el estado más poderoso de México, la sede de la ciudad más rica de América Latina, la capital industrial de la nación, había estado en el olvido. Gobierno tras gobierno se dejó morir a la Sultana del Norte.

El poder de las redes

En 2012, con la elección a la presidencia con Enrique Peña Nieto, la juventud empezó a hacer uso de la social media como una herramienta de reclamo popular y de organización ciudadana, sin embargo, no fue hasta 2015 cuando realmente empezamos a observar un involucramiento popular de la data en redes al activismo político ciudadano.

Facebook particularmente fue la arena que decidió utilizar Jaime Rodríguez para llevar su mensaje a todos los rincones del estado, puesto la promoción impresa y spots en televisión y radio eran limitados en comparación a los minutos otorgados a los otros candidatos a la gubernatura.

Es así como El Bronco fue adaptando la agenda setting con base en lo que las redes sociales decían (agenda pública). La arena digital empieza a tomar relevancia explotando el contexto social, cultural, ideológico y sociológico que se vivía en el momento.

El escenario cambió, no solo en la arena política sino en la arena social. Ya no solo es el escuchar al político, sino conectar, conectar y volver a conectar con las emociones y sentimientos del electorado.

El Bronco lo hizo a la perfección, conectó con su gente, llamó a la acción. Invitó con estrategias poco ortodoxas a que lo siguieran. Se dedicó a crear una cultura de deseos, de una promoción intangible de un anhelo que desembocaba en libertad; el sueño de ser independientes se volvió un dogma: la raza estaba convencida; sus emociones eran reales.

La experiencia aprendida

Debemos entender la gran estrategia que llevó a Jaime Rodríguez a la gubernatura como un ejemplo a seguir, sobre todo en estos días de incertidumbre mundial donde el consumidor busca tener una cercanía con una causa.

Quien no comunica no existe, quien hoy no hace comunidad está condenado al fracaso, y El Bronco jugó en la cancha que conocía. En donde las redes sociales serían fundamentales en su comunicación. Obligó a que hablaran de él, para bien o para mal, pero él se convirtió en la agenda de sus adversarios, de los medios de comunicación que no lo apoyaban y fue producto de un sueño social lleno de emociones.

Es aquí donde la congruencia del ser social con el ser político comulga con un ideal: no traicionar las bases de la creencia propia. El objetivo es equilibrar el accionar verbal con el mental. Jaime Rodríguez es un parteaguas en la forma de hacer política, en la forma de hacer campaña y en el cómo comunicar tus acciones valores, posicionamientos, creencias y posicionamientos políticos.

Las elecciones de 2015 en Nuevo León nos dejaron una gran experiencia, nos permitieron entender los nuevos mecanismos de comunicación política, nos abrieron el panorama para que más ciudadanos interesados ingresasen al gobierno. Fue el año perfecto para la revolución de las ideas; el momento idóneo para cambiar la forma de hacer política y transformar el mensaje en donde el ciudadano sea lo primero.

La política es de coyunturas y de momentos, por lo que el mensaje, el actuar y el accionar político deben buscar la comunión con la sociedad. La campaña de Jaime Rodríguez no solo nos demostró esto, sino, que nos enseñó el arte del poder colectivo. Es ahora nuestro turno sumar lo bueno y erradicar lo malo. ¿Podrán volver los independientes al gobierno?

José L. Mendoza De Anda (México) es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Maestrante en Administración Pública. Consultor político en Nuevo León.

Twitter: @PepeMendozaMx

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