Guyana: En pleno auge petrolero el Partido Progresista Popular/Cívico ganó las elecciones

Las elecciones de Guyana, celebradas el pasado 1 de septiembre, marcaron un hito en la gestión de su riqueza petrolera. El Partido Progresista Popular/Cívico obtuvo una arrolladora victoria, controlando ocho de los diez distritos electorales.

Las elecciones generales y regionales de Guyana, realizadas el 1 de septiembre de 2025, determinaron al Presidente, los 65 miembros de la Asamblea Nacional y autoridades regionales. El Partido Progresista Popular/Cívico (PPP/C), liderado por el presidente Irfaan Ali, obtuvo una victoria contundente con 242.498 votos, asegurando 36 escaños y el control de ocho de los diez distritos electorales. La sorpresa fue el partido We Invest in Nationhood (WIN), fundado por Azruddin Mohamed, que logró el 24% de los votos y 16 escaños, desplazando a la coalición A Partnership for National Unity (APNU), liderada por Aubrey Norton, al tercer lugar con el 17% y doce escaños. El Forward Guyana Movement obtuvo un escaño.

El PPP/C, de centroizquierda, enfatizó la gestión de los ingresos petroleros, prometiendo invertir en infraestructura, salud y educación para reducir la pobreza, que afecta al 58% de la población pese al auge petrolero. WIN, de orientación centrista y populista, apeló a comunidades indígenas y pobres con promesas de cambio sistémico y filantropía, liderada por Mohamed, apodado el Trump guyanés. La APNU, de izquierda, acusó al PPP/C de corrupción y propuso una gestión más equitativa de la riqueza petrolera, enfocándose en la ley y el orden. Las campañas se centraron en cómo administrar los 10.000 millones de dólares anuales del petróleo, en un país con las mayores reservas per cápita del mundo.

La campaña del PPP/C combinó mítines masivos, como el de Lusignan, con una fuerte presencia digital, utilizando videos en redes sociales para destacar logros como nuevas carreteras y hospitales financiados por el petróleo. WIN innovó con una campaña disruptiva, organizando eventos en lugares emblemáticos como la playa del Guyana Marriott y apelando a votantes jóvenes e indígenas. La APNU, aunque menos efectiva digitalmente, mantuvo una narrativa de oposición crítica, acusando al PPP/C de nepotismo. Si bien no hay evidencia explícita del uso de IA, la segmentación de audiencias en redes sugiere el empleo de herramientas analíticas avanzadas. La comunicación digital fue crucial, con X y Facebook como plataformas clave para debates y difusión de mensajes virales.

La movilización ciudadana fue intensa, especialmente para WIN, que capitalizó el descontento con el bipartidismo tradicional. El PPP/C confió en su base indoguyanesa y el apoyo de sectores empresariales, mientras la APNU movilizó votantes afroguyaneses. Con 757.000 votantes registrados de una población de 794.000, la participación fue alta, aunque datos exactos no se publicaron. La OEA y el Centro Carter elogiaron la votación pacífica, pero criticaron la desigualdad de recursos entre partidos y la falta de transparencia en el censo electoral. Incidentes como el ataque a un convoy electoral cerca de Venezuela resaltaron tensiones regionales.

La irrupción de WIN rompió el bipartidismo, utilizando estrategias digitales novedosas y un discurso populista. Sin embargo, las acusaciones de Mohamed sobre irregularidades electorales y su sanción por Estados Unidos generaron controversia. La falta de regulación sobre financiación de campañas y el uso de recursos estatales por el PPP/C plantearon preocupaciones sobre equidad. La comunicación digital, aunque efectiva, enfrentó retos por la desinformación y la falta de datos demográficos claros. En las elecciones de Guyana se destacó el papel de la comunicación digital y la movilización ciudadana en un contexto de riqueza petrolera y tensiones étnicas. El PPP/C consolidó su poder, pero el ascenso de WIN señala un cambio en la dinámica política. La regulación de tecnologías digitales y la transparencia electoral son desafíos clave para futuras elecciones.

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