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Interseccionalidad: la clave para el trabajo de diversidad, equidad e inclusión

Por Franca Roibal Fernández

En 1991, la abogada, profesora y académica afroestadounidense Kimberlé Crenshaw1 escribió un artículo que cambió el panorama de los estudios de diversidad, equidad e inclusión. Este texto es fundamental y es el texto que puso la palabra interseccionalidad, en el mapa. Pero, ¿qué significa? 

La interseccionalidad es una teoría que explica que todos tenemos niveles de opresión y marginalización, y también tenemos niveles de privilegio y poder. Hay que reconocer estos niveles para realmente ver un cambio real si queremos conseguir más equidad.

¿Qué es la equidad? ¿Por qué se considera esta palabra mejor que igualdad? La igualdad no toma en cuenta la diversidad. La equidad considera que no todas las personas necesitan lo mismo, y hay que dar a las personas lo que necesiten de acuerdo a su situación personal. 

Hay un meme que lo explica perfectamente. En la primera imagen, titulada “realidad” vemos un evento deportivo que es observado desde atrás de una cerca. Hay una persona alta que puede ver el partido perfectamente. Hay una persona mediana que no llega. Y hay una persona bajita que está lejos de llegar a ver. La segunda imagen se titula “igualdad.” En esta imagen todos tienen un bloque para que se paren encima. Lo que esto hace es que la persona alta, que ya veía, ahora tiene la mejor vista. La persona mediana llega a ver, y la persona más baja ni con el bloque puede ver. Sin embargo, la equidad sería considerar las necesidades de cada persona. La tercera imagen muestra que la persona alta no tiene un bloque, la mediana tiene uno, y la bajita tiene dos. Ahora todos pueden ver. 

Para llegar a la equidad auténtica, necesitamos incorporar la teoría de la interseccionalidad. Es una imagen que nos ayuda a entender el concepto, pero la liberación real sería abolir la cerca, es decir el sistema opresivo, el capitalismo. Crenshaw considera que una gran parte, la más ignorada por los capitalistas que no quieren aceptar su complicidad en el supremacismo blanco, de la injusticia social es debida al capitalismo y la opresión que crea y mantiene.  

La interseccionalidad nos pide que consideremos los niveles de marginalización y privilegio en varios sentidos: raza, género, orientación sexual, clase social, religión, y muchos más. Por ejemplo, cuando hablamos de derechos para personas en el espectro de género y orientación sexual no podemos hablar de “una lucha”, porque un hombre blanco de clase media que es cis (no trans) no tiene el mismo nivel de marginalización que una mujer pobre, negra, y trans. No podemos pretender que es la misma experiencia. Mientras que ambos caen dentro de la comunidad LGBTQ, una de ellas sufre de varios niveles más de marginalización. La falta de incorporación de la interseccionalidad nos lleva a que celebremos por ejemplo que un hombre gay blanco rico llegue a un puesto alto de gobierno o celebridad. Mientras que sí es algo que se puede celebrar, no hace nada para ayudar materialmente a las personas que tienen varios niveles más de marginalización. 

Es especialmente importante incorporar un lente interseccional en nuestro feminismo. Crenshaw y otras mujeres afroestadounidenses que hacen el trabajo en estudios feministas nos muestran el daño que hace el feminismo que solo considera a las mujeres blancas de clase media. Muchos movimientos “feministas” son extremadamente exclusivos a mujeres negras, o a mujeres trans, o a mujeres con discapacidades físicas o mentales. El feminismo interseccional considera la inclusión y la equidad como los valores más importantes, y busca amplificar las voces de las mujeres más marginalizadas, no solo de las mujeres blancas, heterosexuales, tradicionalmente consideradas lindas por estándares de belleza eurocéntricos, etc.  

A veces en Latinoamérica tenemos un nivel de inocencia o falta de conocimiento sobre el racismo y los asuntos de diversidad. Creemos que como somos latinos, no podemos ser racistas. Que como somos latinos, no somos cómplices del supremacismo blanco que empezó con la colonización, continuó con la esclavitud, y se convirtió en los sistemas que tenemos hoy de los cuales los latinos blancos sacan beneficio y los afrolatinos continúan siendo borrados sistémicamente del panorama. Sin embargo, esto está mal y nos mantiene en un nivel de negación que no nos permite avanzar a un nivel de equidad real. Mediante la interseccionalidad, podemos empezar a acercarnos. 

1 Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence Against Women of Color, Kimberlé Crenshaw, 1991.

Franca Roibal Fernández (Argentina – Uruguay) es profesora e investigadora de Estudios Latinoamericanos y Lengua Española. Consultora de diversidad, equidad e inclusión en Pennsylvania y New Jersey, Estados Unidos. Recibió su Ph.D. de Boston University. Sus áreas de enfoque son literatura, cine, música, cultura popular latinoamericana (carnaval, fútbol) con una especialización en el Cono Sur y dictaduras. Tiene un enfoque transdisciplinario, descolonizante e interseccional en antiimperialismo y antirracismo. 
Twitter: @srtaintelectual – @solylunaconsult
Instagram: @srtaintelectual – @solylunaconsulting

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