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Petro: del “cambio” al “cambio real”

Por Daniela Castillo

Colombia presenció una de sus elecciones presidenciales más reñidas de la historia. Gustavo Petro fue electo como nuevo presidente del país y tiene muchos retos para los próximos cuatro años, uno de los más importantes, acabar con los odios heredados y unificar al país.

Los colombianos tuvieron que “soportar” más de seis meses de campaña electoral para la Presidencia, quedando más preocupaciones que esperanzas, pues en general las ideas y propuestas no fueron los principales argumentos del debate y, por el contrario, las dinámicas electorales se caracterizaron por la polarización y el “juego sucio” entre los candidatos y sus seguidores. Después de tanta tensión, ataques, incertidumbres y polarizaciones, Colombia eligió presidente: Gustavo Petro gobernará los próximos cuatro años con grandes retos y desafíos para el desarrollo del país. 

El domingo 19 de junio, como se esperaba, Colombia presenció una de las elecciones más apretadas de su historia y con un nivel de incertidumbre altísimo en sus resultados. Las campañas de los candidatos desarrollaron estrategias de comunicación política diferentes, tendientes a crear en el electorado percepciones, opiniones y mensajes para inclinarse por el candidato o declinar su simpatía por el oponente. Las campañas políticas siempre utilizaron el discurso como mecanismo para expresar sus ideas y convencer al auditorio, sin embargo, las mismas campañas fueron evolucionando de manera paralela con el desarrollo tecnológico y los medios de comunicación. 

El discurso y la narrativa han sido una herramienta en las campañas políticas para comunicar los fenómenos y las ideas principales. El análisis de los discursos como herramienta y valoración de las estrategias políticas y la narrativa de un líder político dirigida a mover masas, direcciona un proyecto específico, empodera a la gente, prioriza temas en una agenda de gobierno y posiciona políticas públicas, entre otras. Las narrativas utilizadas en las elecciones presidenciales tuvieron gran protagonismo debido a su impacto en la sociedad. Desde las elecciones del 2018 se ha observado que los discursos fueron esenciales para la construcción de la opinión de los ciudadanos y la toma de decisiones. Por esto, la construcción de los discursos en las campañas presidenciales fue una herramienta primordial para llevar a los votantes a comunicar sus ideas. 

Gustavo Petro es una persona que venía haciendo campaña presidencial hace más de doce años, manteniendo una narrativa en contra del continuismo, la política tradicional y del uribismo. En estas elecciones, dos factores ayudaron a fortalecer su discurso presidencial. El primero, fue el estallido social en 2019 y 2021 que reflejó un cansancio social, político y económico por parte de la sociedad colombiana, convirtiéndose en el líder “natural” de la protesta social, y el segundo, fue el nefasto gobierno de Duque, que termina con una desaprobación de más del 65%. 

La narrativa de Petro se dividió en dos momentos, una antes de primera vuelta y otra antes del balotaje. En la primera vuelta se creía como su mayor contrincante a Federico Gutiérrez, el cual no tardó en llamarlo “el candidato de Uribe”, lo cual ayudó a Petro a fortalecer su discurso de ir en contra del continuismo y lo fundamentó en la idea del “cambio”, del “amor” y la “justicia social”, mostrándose como la única opción para acabar con la política tradicional que tanto mal le ha hecho al país. Uno de sus frentes más sólidos fue propender por la garantía de los derechos humanos y a la vida de la gente, una narrativa muy apetecida en la sociedad colombiana luego de tener, en los últimos años, uno de los índices más altos en la historia en asesinato de líderes sociales. 

En la primera vuelta tuvo que construir un discurso que le ayudara a desactivar los miedos que le fueron construyendo alrededor de su activismo político. Se comprometió con temas muy puntuales a los cuales los colombianos les tenían temor; por ejemplo, ratificar que no se va a reelegir, también estuvo en una notaría manifestando que no va a expropiar, además se vio obligado a tranquilizar a los empresarios sobre el futuro de la inversión privada y extranjera, así como varios compromisos tendientes a generar calma y confianza en su plan de gobierno. 

De otro lado, se refirió a “unión de fuerzas”, para “gobernar entre todos” pero no demostró capacidad de recibir críticas, ya que cuando se le discutían sus ideas o propuestas, mostraba al otro como adversario de su programa de gobierno y de la gente misma, generando polarizaciones innecesarias. Esto hizo que muchos no creyeran lo que decía, generando más dudas que certezas, donde también tuvo ciertas incoherencias narrativas como cuando afirmaba que no caben los corruptos en su programa, no obstante que algunos de sus asesores y aliados más cercanos se encuentran involucrados en escándalos de corrupción, lo cual llevó a pensar que el Petro de hace cuatro años criticaría muchas acciones del Petro de ahora. Para la primera vuelta, el candidato del Pacto Histórico planteó dos caminos claros: el cambio y el continuismo, pero no salió como seguramente quería. 

Para segunda vuelta, el presidente electo tuvo un factor sorpresa: el ingeniero Rodolfo Hernández, conocido como el Trump colombiano, un personaje del que nunca se pensó que llegaría al balotaje y que llevó a Petro a moderar su discurso. Con esto, su discurso del “cambio”, del “continuismo” se cayó. Se enfrentó a un candidato que, también tenía un discurso del “cambio”, de acabar con la politiquería de siempre y la corrupción, por esto, a Petro se obligó a modificar su mensaje y pasó de hablar del “cambio” a referirse al “cambio real”, comenzó a referirse a su contrincante como el “salto al vacío” poniendo entonces en una balanza ambos discursos del “cambio” y mostrándose como el “cambio positivo” frente a un “cambio negativo”.

Sin duda, en la segunda vuelta Petro fue mucho más estratégico e inteligente. Logró recoger apoyos importantes de quienes fueron sus “contradictores” en la época de consultas, tales como Alejandro Gaviria, Ariel, Mabel Lara, Angélica Lozano, entre otros. Moderó y equilibró su discurso con el fin de seducir a los votos indecisos y fortaleció la idea de que en su gobierno caben todos. Sin embargo, la polarización seguía siendo protagonista y se jugó estratégicamente a atacar a personas y no a programas. El balotaje fue una campaña sucia, agresiva y dañada, donde las personas ya no veían propuestas o ideas, sino que actuaban u opinaban por emoción y pasión, dando paso al todo vale.

Gustavo Petro como presidente de Colombia para el período 2022-2026 tiene grandes retos en lo social y en lo económico, ya que recibe un país con altos niveles de pobreza y desigualdad, así como con un desempleo elevado, significativo déficit fiscal, alto endeudamiento y un peso debilitado. 
Así mismo, recibe un país más violento, con compromisos tales como “hacer trizas la guerra” y minimizar la polarización. Bien lo decía Carlos Gaviria Díaz, que en Colombia no sabemos tener contradictores, sino enemigos, entonces aquel que contradiga las ideas o propuestas de alguien, se convierte en enemigo automáticamente. 

Petro con su discurso de centro izquierda alcanzó la presidencia de Colombia y aunque no logró consolidar la capacidad de construir sobre la diferencia, tendrá el reto de unificar el país, dejar de lado los odios heredados y construir una sociedad más pacífica que tenga la capacidad de escuchar al otro y realmente consolidar un discurso de unión, cooperación y paz, no podemos seguir creando enemigos por pensar diferente. 
Por último, no menos importante, Gustavo Petro tiene un gran compromiso con colmar las expectativas de cambio que tienen la mayoría de los colombianos.

Daniela Castillo (Colombia) es politóloga de la Universidad del Rosario, LLM en derechos humanos y justicia transicional de Ulster University. Actualmente doctoranda en Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Experta y asesora en temas de construcción de memoria histórica después del conflicto, con experiencia en sector público y privado para la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia, asesora política y técnica en temas de paz y experiencia en investigación. 
Twitter: @Daniela_C93
Instagram: @dccastilloo
 

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