Por Franca Roibal Fernández
El deporte es político. Mientras que hay gente, en general los más privilegiados, que arguyen que los deportes deben carecer de cualquier conexión con la política, la realidad es que no hay manera de separarlos, porque en realidad todo es político, y eso incluye la cultura popular y el deporte.
Desde que existen las olimpíadas y los torneos deportivos, existen las conexiones con la sociedad y la política. Uno de los ejemplos más famosos, que generó mucha controversia, fueron las olimpíadas de Berlín, en 1936. En esta instancia, Hitler usó las olimpíadas para blanquear su imagen debido a que sus ideales fascistas y supremacistas no eran bienvenidos en la mayoría del mundo.
En 1968 en México, DF, hubo una manifestación durante el momento de entrega de preseas, después del evento de carrera de 200 metros. Dos de los ganadores de medallas, Tommie Smith que ganó la medalla de oro y John Carlos que ganó la medalla de bronce, ambos atletas estadounidenses negros, alzaron el puño y bajaron la cabeza mientras sonaba el himno estadounidense, en protesta de los crímenes en contra de la humanidad que estaban ocurriendo en su país, específicamente en relación al movimiento de derechos civiles.
Otro torneo internacional que tiene mucha historia controversial es el Mundial masculino de fútbol. Hay personas que critican los mundiales más recientes de Brasil, Rusia y Catar, por la controversia y actúan como si estos problemas fueran nuevos, pero la FIFA desde siempre está empapada en controversias y es cómplice en represión. En 1978 el mundial que tuvo lugar en Argentina, que fue ganado por el combinado local, sirvió como evento para distraer al mundo de las atrocidades cometidas por la dictadura militar, que actuaba coordinadamente con otros regímenes dictatoriales de la región bajo el Plan Cóndor. Hay anécdotas de gente que estaba siendo torturada a unas cuadras de donde se jugó la final.
Entonces, la controversia y la política en el deporte no es nueva.
Las olimpíadas del 2024 en París no fueron una excepción. Desde la fiesta de inauguración hubo polémica. Por un lado, la ceremonia tuvo muchas referencias intelectuales y culturales muy importantes e interesantes, hecho que fue sorprendente ya que, en las manifestaciones populares de este tipo, en general, no hay un llamado al pensamiento y el aprendizaje de la sociedad.
Uno de los momentos más controversiales de la ceremonia nos mostró cuán arraigado está el cristofascismo en todo el mundo. Una de las viñetas fue un grupo de personas que se perciben como LGBTQIA+, en una imagen que al parecer era una versión de la pintura “The Last Supper” de Leonardo Da Vinci, pero en realidad fue una escena inspirada por la pintura “Le Festin des Dieux” por Jan Van Biljert. Esta obra es una celebración de la mitología griega.
Es decir que la ignorancia de alguna gente que se proclama religiosa, es doble. Son personas homofóbicas llenas de odio por la comunidad LGBTQIA+, que en este caso también desconocen la historia y la cultura. Individuos reaccionarios que atacaron una iniciativa sin tener toda la información correcta.
Otro momento de controversia fue el hecho de que Israel, estado que está cometiendo un genocidio en contra de los palestinos en Gaza, pudo participar en los juegos. Es una vergüenza. El imperialismo y el fascismo se nota en los juegos olímpicos también, cuando miramos el hecho de que Estados Unidos domina en el medallero, país que tiene todos los recursos del mundo, saqueados de los países del sur global, los países sobreexplotados por ellos mismos y Europa. Cada medalla ganada por un país del sur global cuenta más, porque los obstáculos que tiene un atleta en Haití, por ejemplo, son mucho mayores a los que tienen los atletas del norte global.
Por eso celebramos a un atleta como Mijaín López, luchador que fue el primero en la historia de las olimpíadas en lograr ganar cinco medallas de oro en su deporte. A pesar del embargo global impuesto por EEUU, y a pesar de toda la propaganda anti-Cuba, López está orgulloso de su país y dedica sus medallas a Fidel Castro, acto revolucionario en un mundo donde la mención de la palabra comunismo genera pánico.
Históricamente siempre hubo complicidad de entidades e instituciones deportivas con el genocidio, el supremacismo blanco y las dictaduras, entonces no debe sorprendernos a los que nos preocupamos por la justicia social. Y sin embargo, igual nos choca cuando estas cosas siguen pasando. Por más victorias a lo Mijaín López.
La Dra. Franca Roibal Fernández (Argentina – Uruguay) es una investigadora, académica, y educadora interseccional, descolonizadora, anti imperialista y transdisciplinaria. Es una consultora de asuntos de diversidad, equidad e inclusión. Su enfoque académico es en estudios latinoamericanos y de latinos/as/x/es desde un lente de interseccionaidad y justicia social, especialmente cómo se manifiesta en fenómenos de cultura popular como el fútbol y el carnaval. Su trabajo en diversidad, equidad, e inclusión empezó orgánica y naturalmente, y la justicia social siempre ha sido un enfoque y un fin de todo su trabajo. Es profesora de Estudios Latinoamericanos, Estudios Africanos y Afroamericanos, y Estudios de Mujeres y Género en New Jersey City University. X – @srtaintelectual / Instagram @drfrancaphd