Kennedy, la apuesta por la seducción

Las cicatrices que dejó la segunda guerra comenzaban a sanar y el tablero político mundial tenía nuevos actores, algunos consolidados a través de su poder, mientras que otros debían resignarse a los nuevos roles que habían conseguido. Así se asomaba la modernidad de la década de los 60 y en Estados Unidos era necesario un nuevo liderazgo, un espacio prácticamente creado y diseñado para un hombre joven, dispuesto a establecer su propia historia, aunque esta terminara de manera trágica.

John Fitzgerald Kennedy tuvo un rápido ascenso en la política estadounidense al grado de convertirse en el trigésimo quinto presidente de su país y buena parte de su éxito radica en la manera en que se manejó su imagen. Para esta edición de Relato Visual te presentamos uno de los afiches más conocidos de la campaña del mítico JFK.

En la imagen se observa al joven demócrata lanzando una sonrisa con su particular carisma, un ademán muy singular en el político, que los votantes pronto reconocerían en la televisión o en cualquier sitio en donde se presentara. Si bien la fotografía permanece en blanco y negro, el bronceado del estadounidense sobresale, haciéndolo lucir luminoso y atractivo, en contraste con su oponente republicano, Richard Nixon.

El fondo consta de tres bloques horizontales en colores rojo, blanco y azul, emulando la bandera de Estados Unidos y el mensaje se complementa solo con una intención: convencer al votante de que el liderazgo que se requiere para la nueva época solo llegará de la mano de Kennedy.

La imagen es icónica y forma parte de la colección del museo dedicado a preservar la historia de una de las familias más trágicas de la política estadounidense. Actualmente pueden conseguirse réplicas decorativas hechas a la medida.

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