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Los topónimos de las Islas Malvinas/Falkland. Herramientas políticas funcionales al reclamo de soberanía

Por Yliana Rodríguez

Las Islas MalvinasIslas Falkland para sus habitantes, son un territorio británico de ultramar. Es decir que está bajo la soberanía de la Corona británica pero es autogobernado por una asamblea legislativa integrada por isleños. El archipiélago está compuesto por dos islas principales: West Falkland East Falkland. En Argentina, estas islas se conocen como Gran Malvina Isla Soledad, respectivamente. La doble toponimia responde a voluntades políticas relacionadas a la soberanía del archipiélago.

Recordemos que en 1982, los dos países entraron en guerra por las Islas. Al final del conflicto armado, los británicos pudieron retener el control del área en disputa. Sin embargo, el Instituto Geográfico Nacional Argentino incluye al archipiélago en el mapa de la República. Al analizar los mapas argentinos y británicos, salta a la vista la doble toponimia. Además del nombre del archipiélago y de sus principales islas, existen muchos otros topónimos en español, relacionados con el reclamo de soberanía argentina. Por ejemplo, Puerto Argentino, el nombre que se le da a la capital (Stanley) por decreto militar. De hecho, durante los primeros veinte días del enfrentamiento armado Argentina empleó varios nombres distintos para llamar a la capital.

El inventario toponímico oficial argentino de las Islas está a cargo del Instituto Geográfico Nacional. Sin embargo, antes de 2009, la cartografía argentina estaba en manos del Instituto Geográfico Militar. A pesar de esta transferencia de autoridad, los mapas oficiales argentinos han seguido presentando las islas como territorio nacional a través de su marcado uso de toponimia no inglesa en clara oposición a la isleña. Ni un solo topónimo completamente en inglés aparece en los actuales mapas oficiales argentinos emitidos por el Instituto Geográfico Nacional. No sorprende que algunos de estos topónimos sean de carácter nacionalista. Ejemplo de ello son: Puerto MitreRincón de San MartínBahía Nueve de Julio Monte Independencia.

Con respecto al Monte Independencia, vale la pena mencionar una anécdota que es familiar tanto en las Islas como en el continente, ya que ilustra cómo las rivalidades afectan la toponimia. Los dos picos más altos de West Falkland se conocen localmente como Mount Adam Mount Robinson. Argentina solía llamar al segundo Monte Independencia. Sin embargo, cuando una investigación reveló que el pico más alto era en realidad Mount Adam y no Mount Robinson, Argentina revisó su toponimia y comenzó a llamar a Mount AdamMonte Independencia. Técnicamente hablando, el pico más alto del archipiélago es Mount Usborne en East Falkland (marcado como Cerro Alberdi en los mapas argentinos, en honor a Juan Bautista Alberdi, autor principal de la Constitución argentina de 1853).

El caso de los nombres de lugares en competencia en el conflicto histórico entre Argentina y el Reino Unido no es único. También está presente en otros escenarios de conflicto político del mundo. Lo interesante de este caso es que la toponimia doble es funcional al conflicto, pero a veces son los propios nombres lo que originan las discordias. Considere el caso de las disputas sobre cómo llamar a Macedonia, y el uso de Islas Británicas como sinónimo de Reino Unido.

Los patrones de distribución espacial de topónimos son indicadores sensibles del vínculo general entre el proceso político y el paisaje, apuntan Cohen y Kliot, que exploraron el proceso de nombrar lugares como un mecanismo para la transformación del paisaje en los territorios capturados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. También afirman que los nombres de lugares son componentes intrínsecos del panorama político, y su estudio debería ser una parte importante de la geografía política. El caso de las Malvinas/Falklands no escapa a la premisa de que poner nombres a lugares está indisolublemente ligado a la construcción de naciones y la formación de estados. Al comparar este caso con otros escenarios en conflicto, se podría arrojar luz importante sobre la intersección entre las políticas onomásticas y gubernamentales.

Yliana Rodríguez (Uruguay) es licenciada en lingüística, magíster en Ciencias Humanas y candidata a doctor en la Universidad de Leiden (Países Bajos) y en la Universidad de la República (Uruguay). Integra el Sistema Nacional de Investigadores de la ANII y se desempeña como Profesor Adjunto en el Centro de Lenguas Extranjeras de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, donde también es titular de la Cátedra de Lengua Guaraní. Su principal interés académico radica en los fenómenos que surgen del contacto entre lenguas.

Twitter: @ylirodriguez

Instagram: @ylianavirginiarodriguez

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