La migración humana es tan compleja como sus mismas razones. En la antigüedad la búsqueda de recursos fue un factor determinante para que hombres y mujeres recorrieran grandes extensiones territoriales que les permitieran sobrevivir y desarrollarse, conforme fue pasando el tiempo, los conflictos y persecuciones se sumaron a las causas, pero el objetivo siempre es el mismo: una mejor vida.
Con la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, los migrantes nuevamente están en el ojo del huracán y por ello desde Relato queremos recordar el trabajo que realizó Yolanda López, una artista estadounidense, de origen chicano, que a través de su obra desafío los estereotipos étnicos.
“¿Quién es el inmigrante ilegal, Peregrino?” es una pieza creada en 1978 mientras el debate político en Estados Unidos se centraba en la modificación a la Ley de Inmigración y Nacionalidad. En respuesta, López cuestiona la retórica racista y xenófoba del proyecto, algo que se convertiría en una constante dentro de su trabajo.
En este cartel político observamos a un hombre joven con rasgos indígenas y portando un tocado azteca, visiblemente enojado, mientras sostiene un papel arrugado que dice “Planes de Inmigración”. En la imagen, el personaje señala al espectador, en cierta similitud con la pose del Tío Sam de J.M Flagg, solo que en esta ocasión no es una elección sino un cuestionamiento, pues el personaje pregunta ¿quién es el inmigrante?
Con este cartel, la artista reclama el derecho de los descendientes de los grupos nativos o residentes originarios para emigrar libremente a los Estados Unidos y a Canadá, como parte de la zona oeste de Norteamérica que había sido territorio colonial de España.
Desde la comunicación gráfica y política, esta obra tiene un impacto inmediato: el diseño es sencillo, pero poderoso. La elección de la tipografía en mayúsculas y el contraste entre el fondo oscuro y el texto generan una sensación de urgencia.
Con esta obra, López cuestiona las narrativas impuestas por el discurso oficial estadounidense, que criminaliza a quienes cruzan la frontera mientras ignora la historia de despojo territorial y violencia colonial que dio forma a esa misma frontera. Casi 50 años después, la pregunta permanece en el aire ¿Quién es el inmigrante?