David Ross, el fotógrafo de los presidentes

Por Fabián Cardozo

Con un método especial, que consiste en estimular los puntos clave de los centros de energía del sujeto, ha logrado tomar las mejores imágenes de la mayoría de los políticos y empresarios mexicanos

A lo largo de sus 79 años de carrera como fotógrafo de políticos y empresarios, David Ross ha desarrollado la técnica llamada Do in, la cual le ha permitido hacer de su trabajo uno de los más cotizados para las figuras públicas, pues cómo él dice es “una gran arma para hacer un candidato ganador”.

De acuerdo a la descripción que hace Ross para Relato, su técnica está basada en la acupresión, pues con ella logra estimular los puntos clave de los centros de energía del sujeto a fotografiar y provocar un relajamiento total de las facciones, que facilite la captura de imágenes de alto impacto activando principalmente las endorfinas.

Ross cursó la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México, cuenta con una maestría en Administración y Mercadotecnia en la Universidad de las Américas, además de un segundo posgrado en Psicología Práctica por la Universidad Estatal de San José, California.

Con 90 años de edad, David Ross Zundel, dice que apenas está iniciando su carrera y si bien ya tiene su propia figura en el Museo de Cera de la Ciudad de México, en la sala dedicada a los ex presidentes, sin serlo, aún considera que tiene mucho por ofrecer profesionalmente.

“Me hice famoso como retratista de ejecutivos. Llegué a retratar casi al 90 por ciento de los ejecutivos más importantes de México, por ejemplo, a Carlos Slim o el ex presidente de Bimbo (Lorenzo Servitje Sendra+), también al presidente de Televisa (Emilio Azcárraga) y al ex director de Bacardí (Oscar Eduardo Calvillo Amaya)”.

Los conceptos de Ross y su experiencia

Sobre la complejidad que hay entre capturar imágenes de políticos, Ross explica que “es muy distinto retratar a mujeres y a hombres. Son dos sexos y son personas que piensan de una manera diferente. Sí y si me preguntas que, si es difícil retratar a candidatos y candidatas, te voy a decir que sí. Yo he tenido mucha experiencia con candidatas y es muy difícil convencerlas de que lo que importa es su liderazgo y no su hermosura y en el liderazgo está su belleza como política, porque la belleza no es real, la hermosura sí, porque la hermosura tiene contorno, y la hermosura llegará el momento en que la Inteligencia Artificial podrá detectarla, porque se da una coherencia de las cosas con su forma, pero la belleza es un hechizo que nos conmueve con la emoción y con el sentimiento. La belleza es algo que la Inteligencia Artificial nunca podrá detectar, porque la belleza va con la fuerza de voluntad, con la honra, con la virtud, con la moral, con la honestidad, entonces es la belleza interior de cada persona. Tú puedes ser un viejito muy feo, qué te voy a decir, el tiempo afea todas las circunstancias y a una persona, pues la hace fea, arrugada. Es un viejo, pero si el viejo está lleno de entusiasmo, al viejo lo ves bello, y hasta llega a embellecer, a hermosear su rostro, porque ves un rostro lleno de emoción, lleno de brillo y lleno de actitud, y eso es lo que lo hace atractivo”.

Y agrega que “he retratado a muchos candidatos presidenciales, en muchos países. Los políticos no saben la fuerza que tiene un retrato. Una imagen vale más que mil palaras y un buen retrato político vale más que mil imágenes. Es un relámpago de vivencia, un momentísimo de elocuencia que ningún medio puede alcanzar jamás. ¿Cuánto tiempo tardas en convencer a la gente hablándoles y diciéndoles discursos? Pero un retrato, lo captas en un momento y ¿por qué? Porque está en nuestro código genético”.

Ross explica a Relato las virtudes de un buen retrato y cómo éste influye en lo que se busca comunicar, pues “grandes candidatos han sido retratados sin alma, sin espíritu, sin fuerza, eso es una injusticia en contra del candidato y de todos los que llevan la campaña, eso solo sucede por el desconocimiento de la importancia de la fotografía. El primer paso para no desbarrancar una campaña es tener una buena fotografía que refleje todo lo anterior.

Sobre la importancia de contar con un experto en retratos, como parte del equipo de campaña, el fotógrafo apunta que “a veces los especialistas en mercadotecnia política no tienen claro qué debe transmitir el rostro de su candidato. Cuando se hacen fotos para políticos, lo que importa por encima de todo, es el rostro. El líder agrupa todos los atributos positivos que debe tener una persona y las fotografías de campaña deben resumir esos conceptos y mostrar a una persona con propósito y fuerza de espíritu”.

Ross agrega que “hace cientos de años, Cicerón escribió un manual de campaña. Lo primero que dice es que la apariencia de un hombre es aún más importante que todas sus cualidades juntas. La gente no es capaz de captar todas las virtudes de una persona, pero sí puede hacerse una idea general a partir de su imagen. Tomas a una persona y la sientas, le tomas un retrato. En ese instante, a la persona la estás matando en vida. Está espantada por la cámara y no sabe cómo va a salir, piensa en función de su sonrisa o de su cara. Lo van a juzgar y entonces se mete en un propio torbellino de ideas. Yo estoy esperando que salga de adentro la vida, como si el pollito rompiera un huevo y como si el astronauta se despojara de su traje espacial. Eso implica mucha paciencia. Yo no voy a tomarte una foto. La foto es un proceso que vamos a construir los dos. Yo voy a ser tu guía, pero entre los dos vamos a hacer ese proceso que es muy interesante”.

Destaca que “lo que yo obtengo de una persona, para que sea un retrato maravilloso, fenomenal, extraordinario, nada más es buscar la combinación de dos elementos del rostro: la mirada, penetrante, la mirada dura fuerte; y un gran entusiasmo”.

Una trayectoria única

A lo largo de las casi ocho décadas de experiencia que ofrece Ross, se puede mencionar que su trayectoria ha sido única, pues es uno de los pocos fotógrafos que incluye en su currículo “por lo menos a casi 150 presidentes de todo el mundo que han posado, que han estado frente a mi cámara. Algunos como Julio María Sanguinetti, Shimon Peres o Rigoberta Menchú, entre otros. He retratado premios Nobel, he retratado a grandes artistas, a los más importantes artistas de mi tiempo como Armando Manzanero, he retratado a grandes directores de orquestas internacionales.

Para Ross, la importancia de una fotografía es tal, que incluso considera que esta puede ganar una elección y argumenta que “en una elección intervienen el partido en el poder, que ya estés harto del partido en el poder, muchos otros factores, pero si fuera en frío, entre dos personas, que no intervinieran factores externos, un retrato te gana una elección y ¿sabes por qué? Porque te da la empatía, te da confianza, porque vas a encontrar en la otra parte un amigo, más que un enemigo, y te vas a encontrar una cosa muy importante: los ojos de un líder que sabe a dónde va, que tiene espíritu, que tiene determinación, que tiene fuerza, entusiasmo y seguridad en sí mismo”.

Añade que “esta combinación hace que tú sientas una atracción muy especial, un amor muy grande que se llama el amor altruista, que se le tiene al líder y el líder te puede llevar hasta arriba de tu propio instinto de conservación y hasta el sacrificio”.

El mejor retrato

Al preguntarle a Ross sobre cuál es el mejor retrato, éste explica que “evidentemente tiene que tener algo de pose, pero ¿cuánto? Si levantas mucho la cabeza, la primera proyección que tienes de una persona es altivez, soberbia, presunción y lo rechazas. Si tienes la cabeza hacia abajo te inspira desconfianza, entonces la primera pose o postura de la cabeza tiene que ser natural. Ahora, si te toman de frente completamente, pues es una fotografía como de credencial, que así te toman y tampoco te sirve. O sea, tiene que tener un poquito de inclinación, como de unos 30 grados. Si te toman para atrás, vuelve la soberbia y si te toman de adelante, muy abajo, te haces como bobo. Tiene que ser una determinada inclinación, es como si tú abrazas a un hijo, entonces, el niño siente el ala protectora del papá. Dentro de esa amabilidad, viene la fuerza, la empatía y todas las características de la persona. Eso te hace reconocer al líder y como somos tribales, seguimos a un líder, pues eso te hace seguir a un candidato y te hace votar por él”.

Fabián Cardozo (Uruguay) es consultor en comunicación política y campañas electorales. Diplomado en Comunicación Política UBA y Diploma de Especialización en Marketing Político y Comunicación de Gobierno Camilo José Cela (España). Periodista con veinte años de trayectoria en medios uruguayos e internacionales actualmente en la tv pública y en la agencia de noticias Sputnik. Expresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya. Desde allí impulsó el pacto ético de todos los partidos políticos con representación parlamentaria del Uruguay. X: @facardozo / Instagram: @fabicar16

Compartir
Facebook
Twitter
LinkedIn
lo último

Las enseñanzas de Napolitan

Por Marcel Lhermitte Toda estrategia comienza en el conocimiento de los objetivos políticos que se buscarán en una campaña electoral