Una mirada seria, con un gesto decisivo señalando al espectador, impidiéndole huir, a juego con el contundente mensaje de que tu país te necesita en plena guerra fue suficiente para que Alfred Leete marcara un antes y después en la comunicación visual con enfoque político.
Este famoso cartel, creado en 1914, es considerado como un poderoso instrumento para el reclutamiento militar en Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial. Apelar al patriotismo, con la solemnidad que implica la defensa de la Corona, la soberanía del país y sus habitantes, fue indispensable para que la imagen cumpliera con su cometido y además de eso, se convirtiera en uno los ejemplares de referencia cuando se habla de cartelismo político en el mundo.
Sobrevivir a una guerra en sí ya es un acto heroico y tener la tarea de crear una imagen que convenciera a los británicos para dejar sus hogares y emprender una misión mortal, podría parecer una cruzada, por lo que la facilidad no es algo que circunde al mensaje, pero sí la sencillez de los elementos que lo componen.
El retrato sobrio de un general inglés se convirtió en un grito imposible de ignorar, el cual provenía desde cada pared de Inglaterra, dos frases lo acompañan: Los británicos quieren que te unas al ejército de tu país y Dios salve al rey, suficiente para evocar y reclamar el patriotismo que atrapa la atención de un espectador.