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Estábamos acostumbrados a otra cosa

Por María Clara Gutiérrez

Una crisis es una situación crítica con cambios inesperados que afectan el funcionamiento normal. El presidente uruguayo enfrentó la detención de su ex jefe de seguridad, Alejandro Astesiano, y ofreció una conferencia. Aunque apeló a las emociones, surgió incertidumbre sobre la veracidad de sus palabras. Se confirmó que Astesiano tenía un historial policial y estuvo preso por estafa. La gestión de la crisis fue desprolija, generando desconfianza y cuestionamientos en la ciudadanía.

Una crisis es un momento crítico o situación de emergencia donde ocurren cambios inesperados o abruptos que afectan el funcionamiento normal de un sistema o situación determinada. Hay varios tipos de crisis, pero todas tienen algo en común: durante una crisis, se necesita una respuesta rápida y efectiva para reducir los posibles efectos negativos y buscar soluciones que permitan superar la situación. Por tanto, el manejo adecuado de una crisis implica toma de decisiones estratégicas, una comunicación efectiva y capacidad de adaptarse.

El 25 de setiembre de 2022 fue arrestado Astesiano, ahora ex jefe de la seguridad del presidente Luis Lacalle Pou.

El presidente y su equipo de seguridad funcionaban con total normalidad, aparentemente, pero todo cambió cuando –en la fecha mencionada– Lacalle Pou llegó al aeropuerto, ya que estaba de vacaciones con sus hijos y Astesiano, y se enteró –según así lo manifestó– que lo esperaba el Jefe de Inteligencia de la Policía para detener en la residencia presidencial al encargado de su seguridad y la de su familia.

Hubo un quiebre. El equipo de seguridad presidencial se rompió. En medio de la incertidumbre y la urgencia, la necesidad de una comunicación clara, precisa y consistente se volvió imperativa. Transmitir información confusa o contradictoria podría exacerbar la situación y debilitar la confianza de la población. Como en toda crisis, se pone a prueba la capacidad de tomar decisiones acertadas en momentos críticos.

Parte de gestionar una crisis es responder desde el primer momento, actuar con prontitud. Es fundamental no esconderse, no dejar que pasen los días, se debe asumir la responsabilidad que corresponda, hay que hacerse cargo. No se debe mentir, pero sí aceptar lo que pasó.

Al día siguiente a la detención, el presidente Lacalle Pou dio una conferencia de prensa. Los medios de prensa allí presentes asumieron un papel crucial, siendo responsables tanto de informar con veracidad como de influir en la percepción pública de los acontecimientos.

De traje y corbata, visualmente calmo –como se acostumbra verlo– en la Torre Ejecutiva, sede de la Presidencia, declaró el presidente.

Comenzó recordando que él, en más de una oportunidad, había estado en el mismo lugar “dando la cara”, enfrentando situaciones negativas e informando acontecimientos positivos.

“Obviamente si ustedes se sorprendieron de la noticia, imagínense quien les habla”.

Con estas palabras, el mandatario hizo evidente su asombro frente a los acontecimientos recientes. Esta estrategia de apelar a las emociones se convirtió en el vehículo perfecto para generar una conexión más profunda con la ciudadanía. Lacalle Pou supo establecer un vínculo empático al mostrar su propia sorpresa, haciendo que los ciudadanos compartieran este sentimiento y, al mismo tiempo, generando una mayor receptividad a su mensaje y propósito. Con este enfoque emotivo, buscó consolidar la confianza y el apoyo de la población en momentos de incertidumbre y desafíos.

La declaración del presidente duró alrededor de tres minutos. No nombró a Astesiano, se refirió a él como persona, jefe de seguridad, custodio; e hizo hincapié, en dos oportunidades, que estaba disponible para responder todas las preguntas de los periodistas presentes. Al reiterar su voluntad de enfrentar cualquier cuestionamiento, buscó fortalecer la confianza del público y la prensa en su gestión.

Mientras un periodista hizo la primera pregunta, el mandatario buscó entre la multitud al periodista en cuestión, lo localizó y le dedicó un guiño, evidenciando una relación de confianza con el periodista. Sin embargo, la atmósfera cambió cuando la pregunta fue sobre la continuidad de Astesiano en su cargo y la posible relación con delitos desde el año 2003. La expresión en el rostro del presidente denotó incomodidad y desagrado, pero no tardó en responder, y afirmó que Astesiano no tenía antecedentes penales.

Cuando le preguntaron si tenía alguna sospecha sobre la situación, el mandatario respondió de manera categórica que “obviamente no”. Hizo hincapié en que, de haber tenido algún indicio o sospecha, no dudaría en tomar medidas, encubrir cualquier irregularidad sería inaceptable.

“Me cuida a mí y a mi familia”, afirmó y dijo que no entregaría lo más preciado que tiene –su familia–, a alguien de quien tuviera el más mínimo indicio de conducta ilícita.

La situación se volvió más delicada cuando, en setiembre de 2021, Radio Sarandí ya había hecho público que Astesiano contaba con más de veinte indagatorias por diversos delitos. TV Ciudad indicaba que actualmente se le investigaba por el supuesto delito de falsificación de documentos para la obtención de pasaportes rusos. En este contexto, Lacalle Pou, reiteró, con firmeza, que Astesiano no tenía antecedentes penales.

En términos globales, la crisis fue manejada de manera desprolija. Durante la conferencia, el líder político recurrió en gran medida a las emociones, buscando que la población empatizara con él y su situación. Si bien no titubeó al abordar los temas, se cuestionó la veracidad de sus palabras, dejando abierta la posibilidad de que hubiera mentido o, al menos, ocultado información relevante. Estas dudas surgieron cuando se reveló que Astesiano tenía un historial policial con una veintena de entradas, y sorprendentemente, solo dos días después de la conferencia, se confirmó que el ex jefe de seguridad presidencial había estado detenido durante cuatro meses por estafa. Falta de coherencia y claridad en el manejo de la crisis, lo que resultó en un proceso de comunicación confuso y poco efectivo para la ciudadanía.

Hoy, 31 de julio, al terminar de escribir este artículo, Astesiano está en una cárcel modelo en del departamento de Florida, cumpliendo condena de cuatro años y medio de prisión.

Clara Gutiérrez (Uruguay) es periodista, egresada del IPEP (Instituto Profesional de Enseñanza Periodística). Actualmente trabaja como periodista en Radio Fénix en Montevideo y se desempeña como asesora de prensa y de comunicación legislativa. Estábamos acostumbrados a otra cosa es un trabajo presentado en el curso de Estrategias de Comunicación Política de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República en julio de 2023.

Instagram: @claragut

Twitter: @gut_clara

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